Y ahí vamos otra vez...

Otra vez con una "cobertura total" que tiene que ensalsar chinguetas de otros países y tratar de tocar el corazón de los televidentes con desgarradoras y conmovedoras historias de nuestros atletas para prepararnos ante el inminente fracaso de cada cuatro años.

"Pobrecito, era periodiquero", "Era de un pueblito recóndito y aún así le echa muchas ganas", "Era de una familia adinerada y aún así decidió ser atleta", "No es que sean malos, es que no los apoya nadie, antes llegaron a los olímpicos", "Se enfermó del estómago un día antes de la competencia y aún así llegó en el lugar 72, es un gran mérito". Pffftt.

Lo mismo de siempre. Toda una delegación, directivos tranzas, políticos corruptos, ex-deportistas con hueso, televisoras sin difusión de algo que no sea futbol y demás fauna del medio se cuelgan aferrados de la esperanza olímpica en turno para intentar salvar sus cabezas. Hace cuatro años Ana Guevara, hace ocho Platas, hace 12 Mercenario. Hoy sin embargo, la que se erige como la tabla de salvación de esa runfla de cabrones, clavadista ella, no parece estar en la situación de asegurar "Aunque sea una de bronce" como en otros juegos y entonces pasará aquellos que hemos escuchado en tantas ocasiones cuando los juegos terminan:

"No se le da la difusión a los deportes como se debiera", "Vamos a poner un programa semanal donde se hable del deporte mexicano", "Se van a otorgar becas para los deportistas", "Se le dará seguimiento a nuestros atletas de alto rendimiento", "Se va a construir un centro de alto rendimiento de nivel mundial", "El proceso para buscar talento se tiene que hacer desde las primarias", bla, bla, bla, bla.

Les dura el furor de indignación como 15 días y después se olvidan de todos sus pendejos análisis y planes para los próximos juegos y ¿que es lo que hacen? Ah pues fácil, al único cabrón que sacó medalla y salvó a la delegación de estos juegos le dan un hueso en la CONADE o en la polaca, obviamente se ciega de poder como todos y empieza a hacer pendejadas y pagar favorcitos. Los políticos que le dieron el puesto empiezan sacar la lana y se despachan con la cuchara grande, lana que se había dispuesto para apoyar al deporte. Las becas desaparecen misteriosamente, se construye el centro de alto rendimiento con mucha fachada pero con equipo chafa para robarse una lana con los contratistas, nadie le da mantenimiento y termina siendo una pocilga inaprovechable. Los busca talentos le dejan la chamba de encontrar nuevos valores en manos de los maestros de educación física de las escuelas los cuales ganan una miseria y en lugar de dar la clase ponen a correr como caballos locos a los alumnos media hora y la media restante los ponen a jugar futbol mientras coquetean con la maestra nueva.

Esto es un círculo vicioso que jamás (y vaya que estoy siendo optimista) se va a romper. Así que recomiendo no hacerse falsas esperanzas, ni desvelarse viendo a los marchistas o a los clavadistas, ni sudando frío porque el mexicano va en 10 lugar pero se va a recuperar según los de la tele. No vale la pena. Como tampoco vale la pena emputarse contra el mundo llorando como nenitas frente a la televisión con algo como "¿Porque nunca ganamos nada?" entre gimoteos ridículos.

La respuesta es sencilla, lo que hagan los atletas es mérito de ellos y de nadie mas. Nunca "Ganamos" nada, porque nunca "Aportamos" nada; porque en cuatro años no nos interesó saber si nuestros atletas vivían o morían; porque nunca salió de tu bolsa ni un peso para ayudarlos en su preparación; porque cuando veías "En la jugada" y pasaban algún reportaje del mundial de clavados le cambiabas a "DeporTV" para ver si ya pasaban los goles; porque es mas fácil hacerse pendejo que hacer algo.

Y como no hicimos nada en los cuatro años anteriores a esta fecha, no vale la pena el patrioterismo estúpido.

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