martes, abril 24, 2007

Rápida de hoy...

Son casi las 4:30 de la tarde y estoy tratando de matar desesperadamente la última hora en el cubículo donde hace un calor de la chingada y no hace menos de dos horas me tenían atosigado un montón de cabrones que querían que les arreglara el mundo.
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Pensaba: "Ese Einstein era la verga", esto debido a que la relatividad del tiempo está haciendo por demás miserables mis últimos minutos de chamba del día que veo pasar con una lentitud digna de señora copetona que YA recogió a sus pinches escuincles de la escuela y emprende un paseo de carro alegórico hacia su casa en el carril de alta de alguna gran avenida.
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De pronto suena el celular y veo un numéro de teléfono que ni el identificador de llamadas ni yo tenemos la mas mínima idea de saber de quien chingados se trata.
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Yo: Bueno - con una hueva que ya se imaginan -
Desconocida: Sssi...umm...¿quien habla?
Yo: Habla Iván!! - con mi cortesía y don de gente tan famoso -
Desconocida: Ahh!!...Iván - Indignada -
Yo: ¿Ajá?
Desconocida: Ah bueno gracias.
Yo: Ah no!!, que gracias ni que la chingada, ¿quien habla?
Desconocida: Eh..ejem..umm, soy la hermana de Jaime.
Yo: Mmmm, ¿Jaime...Jaime? Ah ya...'ta bueno y ¿que?
Hermana de Jaime (Si a huevo, ya no era una desconocida, ¿o si?): Es que estoy revisando el recibo de teléfono y veo que te habló como 30 minutos a celular.
Yo: Ahh, chido. Que bueno que cuides su lana, bueno...adios, igual si seguimos hablando a lo mejor se te olvida que hablaste y me vuelves a molestar el siguiente mes para saber con quien hablaste como 5 minutos.
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¿Que pedo?
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Ahora si ya estamos todos locos.
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Jaime, mejor conocido como el Black en el inframundo del alcohol y el rock decadente, es un cabrón que tiene como 50 años, vive con su mamá y su hermana que no lo dejan poner un pinche disco en su casa porque se cambian de nombre (se ponen pendejas pues), no le pasan llamadas después de las 10 de la noche porque sus pedotes amigos (nosotros obviamente) molestamos mucho y somos la causa de que el Black chupe como vikingo, que'sque porque le damos cuerda con sus pendejadas. Como si pudieras influenciar a un wey que bien podía ser nuestro papá, bueno no se lo deseo a nadie.
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Esto ya es el colmo, no solo lo tienen encerrado en la masmorra cuando no está en el taller, ahora tambien le investigan las llamadas que hace. Reitero: ¿Que pedo?
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Lo peor del caso es que la mona ésta me hable y después se encabrone de saber quien se encuentra del otro lado de la bocina.
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¿A quien esperaba?
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¿Al Ada Mágica de la felicidad*?
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Get a life.
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Bytes.

* Los simpsons, capítulo de la llamarada Moe.

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