miércoles, junio 06, 2007

Nostalgia por la humanidad (mas bien por México).

En mi muy particular y humilde opinión, el mejor guitarrista que ha dado nuestro país es Julio Revueltas. Lleva en la sangre el talento heredado de un linaje de destacados artistas de mismo apellido. Sobrino-nieto de Silvestre Revueltas y nieto de José Revueltas, nació como hijo de Jazzistas. Revueltas no es su primer apellido, es el de su madre la pianista Olivia Revueltas de la cual tomó el dinero de la despensa para comprar su primera guitarra acústica.

Tuve la fortuna de verlo en una actuación en el teatro de la reforma, gratuita por cierto. Fue impresionante, simplemente un monstruo de la guitarra que desgraciadamente debido a la poca difusión y la cultura musical tan reprobablemente pobre que existe en nuestro país, no se le da el reconocimiento que debiera tener.

Siempre he pensado que a un país tercermundista (dejando de lado la cuestión económica) la poca cultura y la escasez de espacios para el arte y el deporte lo encasillan en esta categoría. Pienso que si bien el gobierno no hace su parte concediendo becas, galerías, espacios y reconocimiento a quienes ejercen en estos medios, la culpa realmente está en cada uno de nosotros que no apreciamos la actividad artística y nos limitamos solamente a alimentar el morbo, el absurdo, la risa fácil y por ende, la falta de cultura y el enriquecimiento (a nuestras costillas) de empresas que descaradamente insultan nuestra inteligencia o fomentan nuestra estupidez, cualquiera que sea el caso. Abundan los zardanápalos que se sienten hechos a mano por ser muy buenos albureando pero ni siquiera se saben las tablas de multiplicar.

Pocas veces, si no es que nunca, vemos en la televisión una nota de espectáculos que hable de presentaciones de grupos de talla mundial, que por cierto vienen con frecuencia y nadie se entera, o de la presentación de alguna obra pictórica, la reseña de un performance (a menos que sea de un fotógrafo de masas colosales de encuerados, morbo puro, lejos del arte) o la recomendación de algún libro. Las notas de espectáculos se limitan a presentar chismes de lavadero, que si tal vieja ya se encueró en PlayBoy, que si la otra le mentó la madre al exmarido, que si tal galán de novelas estando pedo atropelló a alguien, o la pinche momia esa que era modelo se metió tantas drogas que ya le empieza a salir "polvo" por las orejas. Pura estupidez y lo peor de todo es que la gente quiere ver eso y no solo quiere verlo, son capaces de mandar un mensajito por celular y gastar 20 o 30 pesos para poner "Carmen, estamos contigo, échale ganitas", carajo, ¿así o mas pendejo?, si no hubiera gente que viera toda esa basura tendrían que cambiar el formato pero tristemente sigue vendiendo. Sigo creyendo que si un peluquero (aquel que le cortaba las greñas a mi hermano) se puede quedar pendejeando de admiración al ver el lance desde la tercera cuerda del Místico y notar que está bien cabrón lo que hace, tiene exactamente la misma cualidad para maravillarse con una pintura que parece salirse del cuadro que la enmarca de lo impresionante que es, solo que no lo sabe.
Conozco comunicólogos con una cultura basta y conocimientos suficientes como para hacer algo mas que contestar teléfonos al aire en un programa de radio y decir "¿sí?...¿saluditos para quien?" mientras ponen una canción de RBD; como también es triste ver músicos realmente talentosos y estudiados tirando hueva vilmente formando parte de las presentaciones de Lupita D'Alessio o Luis Miguel porque no se puede subsistir de otra forma. Sad but true.

Lo peor del caso es que cuando los canales de televisión o las estaciones de radio se ponen culturosos que es por ahí de la una de la mañana, en esos horarios donde los raitings simple y llanamente valen pura madre, parece que se esfuerzan en volver estos programas de lo mas chafas, somníferos, insulsos, rebuscados e inentendibles, en pocas palabras: de hueva. Mas parece que no quieren que los vea nadie, no puede ser, es un impacto traumático cambiar de canal azarosamente y de madrazo encontrarse con un ramillete de pendejos vestidos completamente de negro, sin escenografía (fondo negro también) e intentar escucharlos hablar de política mas de 5 minutos sin poder descifrar ni puta madre de lo que están parloteando. El horror!!!

No creo que hablar de música, pintura, escultura, deportes (otro que no sea futbol) o cualquier otra expresión subyugada y estrangulada en nuestro tercermundista país, tenga que ser de hueva, carajo, de verdad no lo creo, como tampoco creo que seamos unos pendejos cromagnones que no podamos apreciar algo estéticamente bello o agradable al oído, digo, para empezar, y cuando ya estemos mejor preparados, poder comprender expresiones artísticas mas elaboradas y entender la complejidad de la realización de la obra.

Para que se vayan entrenando, los dejo con algo de Julio Revueltas, la pieza de la que tomé el nombre de este post. Espero que la disfruten aunque no comprendan lo difícil que es tocar la guitarra de esa forma, con que se les haga agradable me conformo.



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