jueves, septiembre 06, 2007

Cantó la gorda para el gordo.

En la madrugada de hoy murió Lucciano Pavarotti. Al igual que Juan Pablo II, Kubrik, Dalí, Asimov, Yeltsin y muchos otros iconos y personajes que escribieron la historia de la segunda mitad del siglo XX, colgó los tenis y nos deja ver que poco a poco empieza a limpiarse la vida "moderna" de nuestra generación y van desapareciendo las figuras que hasta hace algunos años parecían dominar los ámbitos sociales.

Pavarotti será recordado como el mejor tenor de los últimos tiempos, que tuvo la suerte de ser inmortalizado a través de la grabación de audio, fortuna que no tuvieron otros que fueron de la talla de él y para algunos hasta mejores.

Recuerdo a mi abuelo decir en alguna plática de sobremesa: "Enrico Caruso era increíble, ese si era un tenor, no como el taruguete ese de Pavarotti". Si tenía razón o no mi abuelo realmente es difícil saberlo pero al existir pocas evidencias de la voz de Caruso creo que Pavarotti tiene ganada la comparativa, además de que el recuerdo de Caruso empieza a ser borrado de la memoria humana debido a que la gente que pudo escucharlo empieza a desaparecer.

Pavarotti tuvo la visión de intentar llevar una escuela netamente clásica a las filas de la mercadotecnia y la popularización; buscó la manera de acercar a las grandes masas el género operístico y de esta manera evitar su inminente desaparición.

Será recordado por esta lucha por mantener viva la ópera a través de los conciertos de "Los tres tenores" donde se utilizaba en el repertorio algunas piezas de corte popular como "Granada" y "Besame mucho" y del que curiosamente participó José Carreras quien si pudo ganarle (hasta el momento) ganarle la batalla al cáncer. Después de este intento que tuvo un mediano éxito logró interesar a la perrada con la fórmula de "Pavarotti y sus amigos" que eran conciertos donde Pavarotti invitaba a sus "amiguitos" pop famosos con sus pequeñas, débiles y hasta risibles vocesitas para recibir sendas nalguizas formando duetos con Pavarotti que se daba vuelo ridiculizandolos con su potente voz. Hasta la fecha pienso que era "Pavarotti y sus enemigos".


Todavía recuerdo a Bono al que mas le hubiera valido cantar en Do (...en donde no lo oyera nadie) con sus insignificantes lloriqueos en "Miss Sarajevo" tratando de no verse tan jodido como Bryan Adams que de plano doblaba de la risa al espectador con su espantosa versión de "O sole mio" que parecia cantada por un perro tuberculoso agonizante. Otro bapuleado resultó Sting con su miserable intervención en "La donna e mobile" que parecían tortuosos gritos desesperados dignos de cualquier película de terror. No corrió mejor suerte Enrique Iglesias que al parecer se estaba cagando de nervios pues su voz era digna de aquel que sufre un retortijón estomacal (un pedo atravezado, pues). El único que salió bien librado de la masacre, para mi gusto, fue Andrea Bocelli que aparte de su buena voz, tuvo la ventaja de no tener que ver a Pavarotti parado junto a él (es ciego) porque de ser así, igual se le hacían los calzones de yo-yo.


Pues bien, canto la gorda y murió el gordo enorme de patitas cortas, con cuerpo de globo inflado con 5 apéndices salientes, voz impresionante, cara de muñeco de ventrílocuo, con cabello, cejas y barbas negro asabache Miss Clairol.


Lo único preocupante es quien le va a entrar en su lugar. No me imagino diciéndole a mis nietos "Pavarotti...si...ese si que era un gran tenor, no como ese Pablo Montero del que tanto hablan ahora" Pffft.

Bytes.

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