jueves, septiembre 27, 2007

La tesis del conejo.

En un lindí­simo y soleado dí­a, el conejo salió de su cueva con su cuaderno y su lápiz y se puso a trabajar, bien concentrado. Poco después pasó por allá­ un zorro y vio a aquel suculento conejito tan distraí­do, que se le hizo agua la boca. Quedó tan intrigado con la actividad del conejo que, curioso, se aproximó:

- Conejito, ¿qué estás haciendo así­ tan entrado?

- Estoy redactando mi tesis de maestría

dijo el conejo, sin sacar los ojos de su trabajo.

- Mmmm... ¿y cuál es el tema de tu tesis?

- Ah, es una teorí­a que prueba que los conejos son los verdaderos predadores naturales de los zorros.

El zorro quedó indignado...

- ¿Qué? ¡Eso es ridí­culo! ¡Nosotros somos los verdaderos predadores de los conejos!

- Absolutamente ¡no! Ven conmigo a mi cueva y te mostraré mi prueba experimental.

El conejo y el zorro entraron a la cueva. Pocos instantes después se oyeron algunos ruidos indescifrables, algunos pocos gruñidos y luego silencio.

En seguida salió el conejito solo y retomó el trabajo de tesis como si nada hubiera ocurrido.

Media hora después pasó un lobo. Al ver al apetitoso conejito tan distraí­do, agradecía mentalmente a la cadena alimenticia por haber garantizado su almuerzo.

Sin embargo, el lobo también estaba intrigado ante un conejo que trabajaba con tanta concentración, y resolvió averiguar de qué se trataba, antes de devorárselo:

- ¡Hola, joven conejito! ¿Qué haces trabajando tan duramente?

- Mi tesis de maestría, señor lobo. Es una teorí­a que vengo desarrollando desde hace algún tiempo y que prueba que nosotros, los conejos, somos los grandes predadores naturales de varios animales carní­voros, inclusive de los lobos.

El lobo no pudo contener la risa, y estalló en carcajadas ante la petulancia del conejo.

- ¡Jajaja! ¡Conejito! Esto es un despropósito. Somos nosotros, los lobos, los genuinos predadores naturales de los conejos. ¡Terminemos con esta charla absurda!

- Discúlpeme, pero si usted quiere yo puedo presentarle mi prueba experimental. ¿Gustaría acompañarme hasta mi cueva?

El lobo no pudo creer en su tan buena suerte. Ambos desaparecieron dentro de la cueva.

Algunos instantes después se oyeron aullidos desesperados, ruidos de masticación y... silencio.

Una vez mas el conejo salió solo, tranquilo y retornó al trabajo de redacción de su tesis, como si nada hubiera pasado.

Dentro de la cueva del conejo se observaba una enorme pila de huesos ensangrentados mezclados con pelos de diversos ex zorros, y a su lado otra pila todaví­a mayor de huesos y restos mortales de aquellos que algún dí­a fueron lobos.

En el centro de las dos pilas de huesos... un enorme LEÓN, satisfecho, bien alimentado, mondando sus dientes.

MORALEJA:

1- No importa cuan absurdo sea el tema de tu tesis...
2- No importa si tu no tienes el mí­nimo fundamento cientí­fico...
3- No importa si tus experimentos jamás llegan a probar tu teorí­a...
4- No importa siquiera si tus ideas contradicen los mas obvios conceptos de la lógica...
5- No importa si eres honesto, si te rompes el alma por tus principios, por tu trabajo, por tu familia o por tu patria...
6- No importa cuánto te prepares y estudies ni cuántos tí­tulos universitarios tengas.


LO QUE VERDADERAMENTE IMPORTA ES... "QUIÉN ES TU PADRINO".


...y mi padrino apesta.

Bytes.

4 comentarios:

Dr.Marbolius Kempka dijo...

JAJAJA, el mìo nomàs tose!!!!

Anónimo dijo...

WOWWWWWWWWWWWWWWWWWW ¡ ¡ ¡ ¡ ¡ ¡


Me gusta tu forma de pensar las cosas, y en esta ocasion no fue la excepcion...


; ).

Bilis Negra dijo...

Marbolio: Si, el yuyus nomas tose, a ver como le va con estos frios.

Anónimo: Gracias por tus comentarios, se agradece la flor.

Antonio Zirión Quijano dijo...

El león no es el padrino del conejo. El conejo es el siervo del león. El conejo no está escribiendo ninguna tesis, ni la va a presentar en ningún examen, ni va a obtener ninguna maestría, pese a todos los esfuerzos que haga por complacer al león. Así que el que gana es el león; el conejo sólo arriesga la vida, que bien puede perder ante un lobo que no se ande con contemplaciones académicas, y al final se queda tan sin maestría y tan sin comida como siempre. Y con el riesgo de que, cuando deje de servirle al león lobos y zorros, el león se lo coma también a él.