martes, octubre 02, 2007

La casualidad y sus lecciones de economía.

Caminar baboseando y mirando al piso siempre ha sido un pasatiempo familiar que mi mamá ha tratado de corregir con eso de "camina derecho" y la verdad ya esta cabrón que a estas alturas del partido se pueda hacer algo por la postura del niño sapo y la mía. Es mejor resignarse y empezar a practicar lo de "¡excelente!" juntando las yemas de los dedos de las manos. A todo esto, caminar encorvado viendo el piso siempre ha tenido sus recompensas como subir la mirada de pronto y encontrarse súbitamente con un escotazo desbordado, seguir de frente sin saludar a nadie y la mejor de todas las ventajas que es encontrarse objetos tirados.

Nunca he comprado un reloj, todos los que he tenido o son regalados, me los he encontrado tirados o bien una combinación de ambas situaciones, como el último, que se encontró mi hermano en el piso, me lo dió y hasta la fecha sigue funcionando bien. También me he encontrado dinero, juguetes como la rana suicida y otros artículos como aretes, anillos o cadenas.

Siempre me ha molestado bastante la sección de finanzas en los noticieros. Nunca en la pinche vida he escuchado algo como:


"...y continuando con las finanzas, el Dolar ha dado un ínesperado resbalón de 450 puntos porcentuales y el Euro ha caido tan bajo que parece político mexicano en elecciones, razón por la cual el peso ha incrementado su valor y ahora esta a 3.50 por dolar".


No ha pasado ni pasará como dijo Don Teofilito. Muy al contrario, las noticias financieras siempre son malas y con augurios todavía peores. Si el dolar cae tantito, el pinche peso cae desde la Torre Latinoamericana hasta el suelo y todavía hace un puto hoyo de 6 metros. Si hay una desaceleración económica (¿que tal la dominguera?) en Estados Unidos, el peso desacelera tanto que empieza a caminar para atrás. Si el Euro tiene un váguido, el peso mexicano tiene los mareos de una peda asquerosa y vomita como si fuera una regadera. De igual forma sucede si les va bien a las demás economías, por ejemplo, si el dolar tiene un repunte inesperado, el peso tiene un esperado putazo inexplicable. Es mas, hasta lo que les pasa a los chinos que están en el otro plano del mundo (Porque la tierra es plana, pinches radicales) le afecta a nuestra endeble moneda.

No entiendo entonces para que chingarse 5 años estudiando una licenciatura en economía y finanzas cuando todo se resume en un postulado tan simple, que como a mi se me ocurrió llevara mi nombre y se chingan. Este es el "Teorema de Bilis Negra para las fluctuaciones del peso mexicano":

"Dados X y Y, donde X es cualquier moneda y Y es el peso mexicano. Cualquier cambio en X ya sea positivo o negativo, da como resultado invariablemente un decaimiento exponencial en el comportamiento de Y, no importando si puede explicarse o no la razón que lo provoca. La variable Y tendrá un comportamiento ascendente si y solo si X no existe (entiéndase: nunca)."

Hoy, la casualidad me ha dado una lección de economía.

Mientras esperaba por un café en el negrocio de Don Sonrisas Picapiedra (Apodo ganado a pulso por su jacarandosa personalidad de enterrador), en una de esas vueltas al piso, dada mi postura, me dí cuenta que habían dos monedas. Una de ellas bastante reconocible pero la otra parecía una de esas fichas para jugar maquinitas.

Siempre hay por lo menos dos formas de explicar algo, la encabronadamente rebuscada y la fácil (Los físicos siempre optan por la primera) y ese cuadro de las dos monedas en el piso me dio la pauta para explicar mi teorema de manera mas clara, gráfica y sencilla. Para los que tienen problemas con los formalismos matemáticos he aquí la explicación con manzanas:




Esta es la forma fácil de ver mi teorema. Abraham Lincoln de perrito trepado encima del peso. Funciona también con Euros, Libras Esterlinas, etc.


Bastante gráfico e ilustrativo, diría yo.


Bytes.

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